Cuando “soltar” significa abandonarse a uno mismo

chatgpt image 16 nov 2025, 13 45 39
Reflexión a partir del texto de David Pavón-Cuéllar

El mandato de soltar

“Si algo te pesa, suéltalo.”
Suena bien. Pero, ¿qué pasa si esa frase nos empuja a desvincularnos del mundo y de los otros?
En su texto Soltar, David Pavón-Cuéllar señala que muchas veces este lema, presentado como liberador, funciona como una forma de abandonarse a uno mismo.
El malestar se convierte en algo que hay que eliminar, en lugar de comprender.
Así, el discurso del bienestar termina ocultando un mandato de deshumanización.


La autoayuda neoliberal y el yo autosuficiente

La ideología del “soltar” encaja en la lógica neoliberal: si algo duele, aléjate; si te incomoda, cambia tú; si te pesa, déjalo ir.
El sufrimiento deja de verse como una señal o una experiencia relacional, para convertirse en un problema de gestión individual.
De este modo, la autoayuda deja de ser acompañamiento y pasa a ser una tecnología de control emocional: la exigencia de ser autónomos, productivos y emocionalmente eficientes.


Soltar a los otros como si fueran objetos

Cuando todo se reduce a lo personal, también los otros se vuelven prescindibles.
Soltar al otro se convierte en borrar lo que incomoda: un vínculo, una historia, una conversación pendiente.
Pero los vínculos no son accesorios. Son estructuras de sentido.
Tratar a las personas como objetos desechables es olvidar que la existencia humana es interdependiente: nos necesitamos para pensarnos y sostenernos.


Soltar lo que nos hace humanos

El desapego radical nos vacía.
Creer que somos autosuficientes borra la dimensión afectiva y colectiva que nos construye.
Los vínculos, los afectos y las historias compartidas nos constituyen; desprendernos de ellos sin reflexión es renunciar a parte de lo que somos.
Sostener una relación, una emoción o una causa no siempre nos ata: a veces nos ancla a lo significativo.


Cuando soltar se vuelve huida

Soltar lo que contradice o cuestiona nuestro modo de ver el mundo puede resultar cómodo, pero también nos vuelve ciegos.
Rechazamos el conflicto que podría transformarnos.
Evitamos el contacto con lo que duele, cuando justamente ese contacto es el punto de partida del cambio.
A veces, lo que más nos pesa es lo que necesitamos mirar de frente.


Sostener como forma de cuidado

No todo lo que pesa debe soltarse.
Sostener no es aferrarse; es permanecer en contacto con aquello que importa, incluso cuando resulta incómodo.
Sostener un vínculo, una emoción o una duda puede ser una forma de cuidado, tanto hacia uno mismo como hacia lo común.


Soltar no siempre libera.
Cuando implica abandonar al otro o negar el malestar, se convierte en una huida disfrazada de madurez.
La terapia, igual que la crítica social, busca lo contrario: habitar el conflicto, no eliminarlo.
A veces, sostener es la forma más profunda de seguir creciendo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio