¿Y si no tuvieras que estar bien todo el tiempo?

La trampa de la positividad tóxica


La presión de estar bien

Vivimos rodeados de mensajes que prometen bienestar inmediato: “Si quieres, puedes”, “Todo pasa por algo”, “Piensa en positivo”.
Pero este tipo de frases, repetidas hasta el cansancio, esconden un mensaje peligroso: que sentir tristeza, rabia o miedo significa que algo va mal contigo.
Como si la felicidad fuera un interruptor interno que puedes activar con solo proponértelo.


El mito de la felicidad constante

La llamada cultura del bienestar confunde salud mental con ausencia de emociones desagradables.
Nos empuja a evitar cualquier sensación incómoda, cuando en realidad esas emociones cumplen una función adaptativa: señalar necesidades, límites o pérdidas.

Negarlas no las disuelve; las intensifica. Y lo que empieza como “pensar en positivo” termina generando culpa por no lograrlo.


Qué es la positividad tóxica

Hablamos de positividad tóxica cuando el discurso del optimismo invalida la experiencia humana.
El mensaje implícito es: “Si te sientes mal, estás fallando.”
Esto genera culpa y vergüenza emocional, porque nos hace sentir defectuosos por algo tan básico como experimentar tristeza o miedo.

Las emociones desagradables no son un error que deba corregirse: son información sobre lo que te importa.


Cuando el consuelo se convierte en negación

Frases como:

  • “No estés triste, piensa en lo bueno.”
  • “Si quieres, puedes.”
  • “Lo que te pasa es mental.”

no ayudan: invalidan.
Nos hacen creer que no deberíamos sentir lo que sentimos, cortando el vínculo con nuestras propias señales internas.


Validar no es rendirse

Aceptar lo que sientes no significa resignarte, sino reconocer que tu emoción tiene una función.
Validar es poder decirte: “Tiene sentido que me sienta así con lo que estoy viviendo.”

Las emociones no son obstáculos: son brújulas. Escucharlas permite actuar con coherencia, en lugar de reprimirlas.


Estar bien no es estar feliz

Estar bien es poder sentir, sostener y actuar desde tus valores, incluso cuando lo que sientes es desagradable.
La verdadera salud emocional no busca eliminar el malestar, sino aprender a convivir con él de forma funcional y compasiva.


La terapia no busca que seas feliz

El objetivo de la terapia no es que sonrías todo el tiempo, sino que te construyas como una persona completa: capaz de sostener la alegría, la tristeza, el miedo y la duda sin perderte a ti mismo.

Porque estar vivo no es estar siempre bien; es poder estar presente, incluso cuando lo que sientes duele.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio